Una de las causas más perversas del sufrimiento de una Nación es la ignorancia. Donde las personas no alcanzan a leer o escribir con solvencia hay retraso y pobreza, donde la mayoría no termina los estudios obligatorios se desconocen los principios democráticos y donde esto ocurre los ciudadanos se ven impedidos del ejercicio cabal de sus derechos. Todas estas son consecuencias de la falta de buena educación y conducen a una comunidad a padecer, entre otros males, situaciones de violencia tanto por los abusos del poder de turno como por su propia conducta. Es que la falta de aprendizajes es caldo de cultivo para todo tipo de excesos autoritarios. Ante una sociedad que no reacciona por la defensa de sus derechos democráticos surgen los patoteros del poder y la calidad institucional desciende por un peligroso tobogán. El respeto a la ley no es un objetivo para quienes lo detentan: su fin justifica los medios. Y la ignorancia del ciudadano común contribuye al caos al no permitirle expres
Reflexiona, discute, averigua, duda, escucha mucho, di lo que piensas pero piénsalo y saboréalo. Toma una café con la vida, en la mesa del fondo, sobre la ventana, con vista a la puesta de sol, donde se oye el mar y las olas mueven la mente. Invita la casa.