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Mostrando entradas de enero, 2011

Sol si estás

El sol se pone en el horizonte. Es una maravilla a nuestros sentidos. Colores, distintas tonalidades, luz que cambia, el astro rey que se cae sobre una linea que percibimos clara. Mucho mayor es la emoción y el sentimiento cuando el sol moja el mar. Parecería que es prolongación de algo que tocamos. Como que compartimos su deseo de zambullirse. Como que el sol se hace más humano al descender, al comprobar su movimiento. Lo vemos, casi tocamos su proyección de rayos sobre el mar que llega a la orilla, a nuestros pies. Tenemos algo en común. Sentimos su último calor y especialmente nos damos cuenta de él cuando no está. Nace el misterio de su huída. Sus primeras proyecciones. La atmósfera que refleja tonos que mezclan el rosado con el celeste, el naranja con el violeta, nubes que mutan de blanco a turquesa desteñido o a una gran capa de torero arrugada y desplegada. Silencio que se escucha. Estremece y enamora. Momento único. Señal diferente que cachetea nuestra indiferencia. Mar que cre

Novela de acción

Nos encontramos con la vida. Alguien nos la da. Nos hacen otros, simplemente. La vida nos es dada. Nadie nos consulta siquiera si queremos vivir. Nosotros no participamos. Llegamos a ella por obra de dos "terceros" (que luego, muy cálidamente, se nos presentarán como padre y madre, y que con el correr de los años identificaremos y en la mayoría de los casos amaremos como tales) pero la verdad es que nosotros no fuimos parte de la obra. No existimos, literalmente, en tal sublime momento. No fuimos los que originamos nuestra vida. Alguien decidió por nosotros. Primer punto de esta reflexión. Pues bien, estamos con vida. Comenzamos a disfrutarla. Dormimos, nos alimentamos, nos movemos, nos alegramos, nos enojamos, sentimos placer, sentimos dolor, crecemos. Y llegará un momento en que tomamos conciencia que esto es la vida. Al principio será de una manera difusa, sin entenderlo bien, como el cine en un idioma sumamente extraño, donde las imágenes dicen algo pero no lo suficiente

Revolución con evolución

Charles Darwin nació en la ciudad de Shrewsbury, en Inglaterra, en el año 1809. Desde pequeño mostró una pasión sin igual por la naturaleza (su hobby preferido fue coleccionar escarabajos). A los 16 años comenzó sus estudios en Oxford y a los 21 fue recomendado para acompañar al capitán Fitzroy para investigar el extremo sur de América. Fue el padre de Charles quien lo ayudó para tomar la decisión y así emprender un viaje que, a la postre, se convertiría en uno de los eventos más importante en la historia científica mundial. Partió en el buque de guerra HMS Beagle en septiembre de 1831 y un viaje de dos años por America del sur se extendió a cinco, regresando a Inglaterra, previo paso por Australia, Nueva Zelandia y sur de África, en octubre de 1836. A medida que el viaje se desarrollaba Charles envió adelantos de sus estudios a Inglaterra y cuando volvió a su patria a los 27 era ya un famoso investigador de la naturaleza. Darwin se asombró por los descubrimientos que fue haciendo en d

Todos los días

Hoy lo hizo. Ayer también y seguramente mañana. Me refiero a un verbo, a una acción que un ser humano realiza desde siempre. No existen muchos verbos que puedan conjugarse en primera persona desde que el bebé nace. Pues este si. Me atrevo a afirmar (y aunque suene exagerado déme crédito que ya se lo explico) que es lo primero que un ser humano hace fuera del seno materno. Le puedo anticipar, también, que es sinónimo de vida (por ello es tan importante). Y sobre eso quiero reflexionar con vos o con usted o con ustedes (no se me ofendan si los trato de usted...) Vamos el tema. Conjuntamente con respirar, la primera acción de un niño o niña que nace con vida, es gritar, gemir o llorar. Eso es negociación. Como expresión propia de vida, este nuevo ser humano independiente lo que hace es, justamente, negociar. Preguntarán ¿por qué? Pues por lo que implica esta acción. Se lo explico. Entiendo el concepto Negociación como un “proceso de comunicación mediante el cual se pretende obtener un res

Trabajar, vivir y reir

Hace unos meses atrás me pidieron una presentación sobre el arte de conciliar el trabajo con la vida personal. Quizás el mensaje centrar era una inversión de términos. La vida no se la concilia. Se la valora hasta el exceso precisamente viviendo. En la preparación y como pie de las diferentes hojas que proyecté me basé en algunas ideas fuerza que surgen de distintos actores de la historia: escritores, músicos, filósofos, hombres de empresa, artistas, directores de cine, políticos. Cada una de estas reflexiones cortas encierra una verdad e invita a pensar. El desafío es entender el orden de las citas y el porqué. A ello los convoco. "La vida es lo que pasa y lo que sucede…mientras prestamos atención a otras cosas ” John Lennon “ Nunca encontrarás tiempo para hacer las cosas que te gustan cuando estés muerto.Es por ello que tienes que encontrarlo cuando estés vivo ” -David Hume- “ Lo importante no es lo que nos hace el destino. Lo importante es lo que nosotros hacemos con él ” -Fer

Friederich Nietzsche y la mirada al tiempo pasado

En la Entrada anterior continuamos con esta trilogía sobre Friederich. Prometo no aburrir en demasía. Esta será la última que le dedicaré (por ahora) al difícil, genial y desarticulado Nietzsche. En esta oportunidad quiero detenerme en el enfoque que realizó sobre los alcances y límites de los tres tipos de historias que él caracterizó al escribir en 1874 su ensayo “…Historia para la vida” y compartir al final una reflexión sobre nuestra mirada a nuestras propias historias de vida. Dijo Niezsche: “ La vida tiene necesidad del servicio de la historia y en tres aspectos le pertenece al ser vivo: 1) en la medida que se es un ser activo y persigue un objetivo (Historia Monumental); 2) en la medida en que preserva y venera lo que ha hecho (Historia Anticuaria) o, 3) en la medida en que sufre y tiene una necesidad de liberación (Historia Crítica ). Haciendo un símil de estas especies de Historias con las plantas, Nietzsche indica que cada una de ellas se justifica en un suelo y en un clima p

Friederich: su opinión de la Historia

A los 30 años edad, Friederich Wilheilm Nietzsche escribe un ensayo sobre la forma de hacer Historia, bajo el sugestivo título “De la utilidad y los inconvenientes en la historia para la vida”. Quizás lo más interesante de este trabajo es su particular mirada sobre como hacer historia en forma eficiente y, a la vez, el enfoque que Nietzsche hace del transcurrir del tiempo. Pero este ensayo no se puede comprender integralmente si no se lo interpreta en su contexto. Corría el año 1874 y Nietzsche había sido duramente atacado por los académicos locales por el contenido crítico que en su primer obra “ El origen de la tragedia griega ”, había hecho de la cultura de la Grecia antigua. Es que la irrenunciable lealtad por la verdad que dirigía su accionar había puesto en tela de juicio una leyenda idílica que intelectuales alemanes tenían con la cultura grecolatina: Nietzsche había puesto sobre análisis no solo las virtudes desprendidas del Dios griego Apolo (la mesura y el orden) sino las o