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Libertad de elegir

 Todos estamos determinados por el hecho de que hemos nacido y educados como humanos. Y es en este proceso de construcción de humanidad cuando se forma nuestra libertad. Ella es hija de nuestra historia personal, de nuestro aprendizaje, de nuestras distintas circunstancias. Veamos el punto con un ejemplo. Frente a un grupo de ejemplares de ganado vacuno un americano puede ver la riqueza que conlleva ese lote de hacienda; un hindú verá símbolos sagrados, representaciones vivas de lo divino y de ciertos valores de su cultura espiritual y social. En ese marco la libertad de ambos seres humanos es distinta, está condicionada por sus enseñanzas y sus elecciones serán diferentes. Ambos pueden cambiar, porque son libres y allí está el valor de elegir, que es el tema que trata el libro sobre el cual quiero hablarles.  

    Efectivamente, el libro se llama así,  El valor de elegir  y es de Fernando Savater. A mi criterio constituye una obra exquisita sobre el análisis de la libertad (el libro es del año 2003, y en Argentina la Editorial Ariel lo publicó en su primera edición). Savater divide su trabajo en dos partes: una primera que llama “Antropología de la libertad”, donde estudia la realidad humana frente a su tarea esencial: actuar para vivir, lo que supone elecciones constantes y la gestión de nuestra historia y de la incertidumbre; y una segunda parte, que él llama “Elecciones recomendadas”, donde profundiza la libertad y la elección práctica frente a ejes de nuestra existencia como lo que supone elegir la verdad, el placer, la política, la educación, la humanidad o lo contingente. Es difícil resumir una obra como esta ya que su profundidad filosófica excede la síntesis, pero intentaré describir diez aspectos que considero trascendentes para esta basta tarea que supone entender cuál es la libertad que nuestras circunstancias nos legaron para actuar…

1.     La libertad como capacidad de elegir

o    Savater insiste en que la libertad no es hacer lo que se quiere sin límites, sino la capacidad de elegir entre alternativas posibles dentro de un marco de restricciones. La libertad es consustancial a la condición humana y se diferencia de la libertad física (no estar encarcelado) porque es libertad moral: implica elegir con conciencia y responsabilidad, teniendo siempre en cuenta lo que significó nuestra historia personal, nuestra herencia cultural, que nos marca un mapa de toma de decisiones que debemos saber identificar.

2.    La elección como fundamento de la ética

o    No hay ética sin libertad. Elegir significa asumir consecuencias y responsabilidades. Savater afirma que la ética surge precisamente porque somos libres: si nuestras acciones estuvieran determinadas como las de una máquina, no tendría sentido hablar de ética, porque ella supone el ejercicio reflexivo sobre nuestra moral en la elección diaria que supone el vivir.

3.    La libertad como una conquista, no como un estado

o    No nacemos plenamente libres: la libertad es algo que se aprende, se ejercita y se conquista, sobre todo en interacción con otros. Savater la vincula al desarrollo personal, al aprendizaje, y a la reflexión crítica, al “salvar las circunstancias” de Ortega.

4.    La ilusión del determinismo

o    El autor critica las doctrinas deterministas (biológicas, sociales, religiosas), que niegan la libertad humana y mandan, con Mandamientos justamente, a actuar en la vida personal de cada uno. Aun si existen condicionantes, la capacidad de decidir sigue presente. El determinismo niega la posibilidad de cambiar, y por tanto, aniquila la esperanza y la responsabilidad.

5.    La libertad como proyecto de sentido

o    La libertad no es solo una capacidad, sino una forma de darle sentido a la existencia. Al elegir, el ser humano se convierte en autor de su propia vida, y eso lo distingue del resto de los seres del mundo natural. Lo que si debe tener presente esta libertad es que existe la ambigüedad y no siempre se puede elegir para tener certezas. Esto no existe.


6.    La educación como condición de la libertad

o    Savater defiende una educación para la libertad, que enseñe a pensar y a elegir, no solo a repetir información. Sin educación, la libertad se convierte en un mero formalismo vacío. Educar no es limitar los caminos, sino abrirlos a la reflexión y autonomía. Educar es sembrar libertad de criterio.

7.    La responsabilidad en la política

o    La libertad individual exige también compromiso cívico. Savater plantea que no basta con elegir gobernantes: hay que participar, informarse y actuar con responsabilidad democrática. La política es una forma de ejercer la libertad compartida y no debe ser rechazada la acción política. La libertad exige de un compromiso al menos con las ideas

8.    Contra el fanatismo y el terrorismo

o    Savater se opone frontalmente a toda forma de fanatismo (religioso, ideológico, nacionalista). El terrorismo anula la libertad del otro, y el fanático rechaza la posibilidad del disenso y de la elección. En lugar de diálogo, impone una verdad cerrada y violenta. Quienes se expresen de esa forma son sujetos contrarios a la libertad, aunque su fanatismo sea liberal y su incoherencia manifiesta.

9.    La religión como elección privada, no imposición pública

o    Defiende la libertad religiosa, pero también la laicidad del Estado. Cree que las creencias deben ser respetadas en lo privado, pero no pueden condicionar leyes ni derechos colectivos. La imposición religiosa contradice el valor de elegir y sojuzga a quien piense diferente. Eso es tiranía.

          10. La libertad como ejercicio cotidiano: 

                                la libertad se vive todos los días, no solo en elecciones trascendentales sino precisamente en los que no lo son. Elegimos en cómo tratamos a los demás, cómo actuamos ante la injusticia, cómo trabajamos y cómo amamos. No hay ética sin ejercicio comprometido de la libertad cotidiana pero también hay libertad para no hacer lo que no hacemos. Alli también radica la libertad de elegir.

    Con estos diez puntos no logro describir la esencia de la obra de Fernando Savater. Solo una mínima parte. Lo que si creo que consigo es incentivar el deseo de leerla. A ello los invito. Al final, cada uno es libre de elegir hacerlo...  

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