Prometi comentar lo que Kant pensaba sobre la libertad. Compromiso soberbio de mi parte. Cuando leo a Kant (y por supuesto parcialmente porque no he leído lo sustancial de su obra) me doy cuenta que mi ignorancia me supera pero asimismo me desafía. Pido disculpas. Intentaré cumplir. Vamos a ver si puedo poner en claro al menos lo que he interpretado. El amigo Immanuel basaba el concepto de libertad en la libertad misma. Es decir, la libertad de nuestra voluntad consiste en poder producir efecto sin ser determinada por ninguna cosa que no sea mi autonomía. Pero en algunos de sus escritos se preguntaba por esta "autonomía". ¿Como se construye la "auto-determinación"? Para tomar decisiones y ejercer mi libertad, mi autonomía de voluntad supone una formaciòn, una cultura, un ámbito. Si usted que está leyendo ahora estas líneas hubiese nacido en Africa, en una tribu de caníbales, en lugar de haber nacido en Occidente, seguramente sería más libre que yo al enfrentarse a un pedazo de hueso humano, supongamos de un tobillo -para no asustar con un ejemplo más fuerte- con algo de carne y grasa. Es decir, el ejercicio de su libertad frente a la carne de un cadaver humano no estaría determinada para él por nuestra cultura que no aprueba esta costumbre (bastante costó a la gente aceptara que nuestros queridos amigos uruguayos se alimentaran de esta forma ante el extremo de la supervivencia en los Andes). Esto se llama "determinismo" y Kant analizó el concepto para exagerar su definición en el sentido que la libertad no se subordina a prescripciones dependientes de fines ajenos, sino que se basa en lo que él llama "buena voluntad". (Y aqui debieramos hacer un análisis de Kant y la moralidad, pero me declaro incapaz, al menos por el momento). Ahora bien, Immanuel nos hace pensar mucho más alla de lo que imaginamos, como genio que era, en este concepto que hay detrás de mi libertad y que nos lleva a tomar decisiones diferentes ante ámbitos de vida distintas y diferentes momentos de la historia (la cultura del canibal, en mi ejemplo y la cultura mía frente a nuestros gustos por la carne...o, en otro ejemplo, lo distinto que hubiese sido Descartes o el mismo Kant si hubiesen nacido un siglo después...). De alguna manera esto significa que no soy tan libre como pienso, sino que mi libertad depende de como hemos sido formados y en los años que vivimos. ¿De que libertad me hablan entonces? ¿Depender de mi contexto es ser libre?
"El hombre es libre de hacer lo que quiere; pero no de querer lo que quiere" decía el magnífico Schopenhauer en una línea similar. Veamos que puedo agregar a estas ideas como conclusión de estas Entradas sobre el concepto "Libertad". Seguro estoy que la libertad existe. Negar su existencia sería tanto como afirmar que nuestra vida es el vivo retrato de una película en la cual el guión y el final ya están escritos, (pre determinados para los que sostienen la predestinación). Esto no es así. Creo firmemente en la posibilidad de que el hombre y la mujer sean los arquitectos de su destino, al existir la libertad de elegir concientemente entre el actuar en una o en otra dirección. Son ellos quienes operan el control remoto de su vida decidiendo entre dos botones: el que dice SI o el que dice NO. Eso se llama tomar decisiones las cuales, es evidente, se adoptan por un cúmulo de motivos, razones, causas que conformaron los ladrillos, el cemento y la infraestructura de mi conciencia, de mi ser actual. Esa son mis circunstancias, mi formación, mi historia. Insinuar que la conducta humana es ajena a ese plano y diseño previo de mi forma de ser, es sostener que mi manera de obrar es irreflexiva. Esto tampoco es así. No existe la libertad sin causa, como enseñó Immanuel Kant. En pocas palabras, señoras, señores, el hombre es libre de decidir y de actuar sin que su decisión y acción dejen de estar causadas. Es imposible que nos sustraigamos al contexto cultural y al momento en que vivimos (la ciencia nos ayuda a ser más libres pero nos fija límites a nuestra sabiduría previa). Con esto quiero decir que se actua o se decide conforme a ciertas pautas, influencias o posibilidades de acción que nos ofrece el entorno. Esto es indudable. Pero esto no me hace ser menos libre, sino más reflexivo. Después de todo sigo pensando que la libertad no es hacer lo que quiero, sino lo que decido. Amén.
"El hombre es libre de hacer lo que quiere; pero no de querer lo que quiere" decía el magnífico Schopenhauer en una línea similar. Veamos que puedo agregar a estas ideas como conclusión de estas Entradas sobre el concepto "Libertad". Seguro estoy que la libertad existe. Negar su existencia sería tanto como afirmar que nuestra vida es el vivo retrato de una película en la cual el guión y el final ya están escritos, (pre determinados para los que sostienen la predestinación). Esto no es así. Creo firmemente en la posibilidad de que el hombre y la mujer sean los arquitectos de su destino, al existir la libertad de elegir concientemente entre el actuar en una o en otra dirección. Son ellos quienes operan el control remoto de su vida decidiendo entre dos botones: el que dice SI o el que dice NO. Eso se llama tomar decisiones las cuales, es evidente, se adoptan por un cúmulo de motivos, razones, causas que conformaron los ladrillos, el cemento y la infraestructura de mi conciencia, de mi ser actual. Esa son mis circunstancias, mi formación, mi historia. Insinuar que la conducta humana es ajena a ese plano y diseño previo de mi forma de ser, es sostener que mi manera de obrar es irreflexiva. Esto tampoco es así. No existe la libertad sin causa, como enseñó Immanuel Kant. En pocas palabras, señoras, señores, el hombre es libre de decidir y de actuar sin que su decisión y acción dejen de estar causadas. Es imposible que nos sustraigamos al contexto cultural y al momento en que vivimos (la ciencia nos ayuda a ser más libres pero nos fija límites a nuestra sabiduría previa). Con esto quiero decir que se actua o se decide conforme a ciertas pautas, influencias o posibilidades de acción que nos ofrece el entorno. Esto es indudable. Pero esto no me hace ser menos libre, sino más reflexivo. Después de todo sigo pensando que la libertad no es hacer lo que quiero, sino lo que decido. Amén.
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