Ir al contenido principal

Aunque lo quieras negar

Es el sentimiento más poderoso que impacta en el ser humano. Tiene aspectos positivos cuando sabemos que es él, pero tiene efectos nefastos si no le prestamos atención. Es como el fuego, lo necesitamos para vivir pero si lo dejamos actuar a su voluntad puede destruir nuestra existencia o hacernos doler en demasía y padecer sus consecuencias. Su poder radica en su disfraz. Muchas veces no percibimos su presencia, no se deja ver. Ese es su fuerte. Y es por ello que las más de las veces no caemos en la cuenta que es él quien dirige y motiva decisiones que hacen a nuestra historia y lo que es peor, que hacen a nuestra vida.

Caemos en su trampa. Nos jactamos de haberlo vencido, de nuestra autonomía, de nuestra valentía, de nuestra madurez. Esa es precisamente su victoria. Nos induce a razonar que nuestros fundamentos fueron otros y hasta, pasajeramente, nos brinda una sensación de tranquilidad, de haber hecho lo correcto, de paz con nosotros mismos. Allí esta su máximo engaño, su fraude, su manipulación.

Pero aquellos seres reflexivos que se dan tiempo para pensar sin ataduras, que levantan las alas y se deciden y atreven a volar sobre la mediocridad de su intento son sus principales enemigos. Saben manejar las llamas que él produce, las identifican, valoran sus ventajas pero no se dejan lastimar e impiden las quemaduras, las llagas y los padecimientos que su mal uso puede producir.

Me refiero al miedo, al temor, al terror que actúa con la careta de la hipocresía, escondido bajo la vestimenta de otra imagen. Ese sentimiento que no nos muestra su cara sino que prefiere actuar arteramente, por detrás, ocultándose en nuestra presunción de valentía que le protege y le deja campo abierto para su influencia y acción. Registrar y conocer su manera de actuar, sus artimañas, su disfraces y preguntarnos siempre si no es él, el miedo, el temor, el terror quien esta detrás de una u otra decisión que adoptemos -por más que nos resulte grosero el análisis-, son las armas que contamos al crecer, al madurar, al mirar a la vida de frente, a los ojos, sin tapujos, conscientes de su temporalidad y de sus pruebas.

Evaluar el poder del miedo, del temor, del terror, constantemente, no subestimarlo y profundizar el verdadero motivo de nuestras decisiones de vida nos permitirá ser verdaderamente independientes y vivir mejor, nada menos. A pleno, con la intensidad que desagrada y ofende a ese miedo, a ese temor, a ese terror que se esconde y teme también ser desenmascarado. Pero hagámoslo. Nada es mas difícil que no engañarse, nada es más fácil que mentirse. No aceptemos la tentación de hacerle trampa al "Solitario" de la vida. El temor esta muchas veces detrás, aunque lo quieras negar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Salvar mi circunstancia para salvarme yo

José Ortega y Gasset es recordado, entre otras cosas, por una frase profunda y desafiante de su obra Meditaciones del Quijote: "Yo soy yo y mis circunstancia, y si no las salvo a ella no me salvo yo". Es bastante sencillo explicar el concepto de "circunstancia" yendo a la etimología del concepto ( circuntatia ) que apunta a lo que nos "circunda", es decir a lo que nos rodea, a nuestro entorno, a nuestra cultura, a nuestra historia. La circunstancia de un joven nacido en la jungla africana no es la misma que la del joven nacido en la península escandinava. Yo soy yo y "lo que me ha hecho así o lo que me sigue haciendo así" parecería querer decir Ortega. Y con esta poderosa primera reflexión de su frase nos deja una serie de dudas por responder: ¿Ortega me está diciendo que no soy yo, sino lo que la circunstancia hizo y hace de mi? Si esto fuera así: ¿soy realmente libre o las circunstancias son los barrotes de mi celda que no me han permitido

¿Para qué sirve Educar?

" Educar. (Del lat. educāre). 1. tr. Dirigir, encaminar, doctrinar. 2. tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.. Educar la inteligencia, la voluntad ." Estas son las dos primeras definiciones que nos da el Diccionario de la Real Academia Española sobre la palabra "educar". Mucho se ha escrito sobre el sginificado del término. A mi criterio la educación es esencialmente un proceso de mejora de vida . Educar supone creer especialmente en tres verdades: 1) en el perfeccionamiento de aquel a quien se educa; 2) en su capacidad y deseo de aprender; y 3) en que la transferencia de conocimientos de quien enseña no es tal si no va acompañada por la elaboración propia de una reflexión de quien los recibe. Educar no es colmar un depósito de tecnicismos, conceptos y sapiencias ajenas sino que la verdadera educación, -y me refiero especialmente a la educación del menor pero apli

Insociable Sociabilidad

No se han percatado aquellos que atacan a la palabra “egoísmo”, que justamente su virtud principal es ser el motivo, la razón, el origen del interés por lo ajeno, del interés del prójimo. Veamos un fundamento. Immanuel Kant, acuñó, pocos años antes de la Revolución Francesa, el concepto de “Insociable Sociabilidad”. Kant apuntaba con este término al antagonismo que existe desde que el hombre es hombre a colocar en tensión dos sentimientos enfrentados: por un lado su inclinación a vivir en sociedad, y por el otro su deseo de aislarse, de individualizar su capricho. Esta situación tiene su origen en el egoísmo y produce una amenaza, un clima de hostilidad, de resistencia. Y ese ese antagonismo el que hace nacer en el ser humano una energía especial que le hace vencer la comodidad, la pereza y que le inyecta ambición, afán de una posición entre sus congéneres de quienes no puede prescindir. Sostiene Kant que esta “insociable sociabilidad”, hizo que el ser humano desarrolle talentos, maner