Es verdad que la verdad que yo defiendo como verdadera puede no serlo bajo la perspectiva ajena o bajo circunstancias diferentes. Para mi, de chico, era absolutamente verdad que el "Ratón Perez" se las arreglaba para proveerme de algún billete cuando un diente se me caía y el día que me percaté que esto no era asi, que el amigo Perez no era ratón sino que eran mis padres quienes cumplían sus tareas, me sentí bastante pelotudo de haber defendido como verdad una irrealidad que de repente se me hizo absurda y puso en tela de juicio mi cordura (que aunque era chiquito y petiso, mi cabeza funcionaba y estaba muy orgulloso de ella...). Mi razonamiento que había construído detrás de la habilidad del "Ratón Perez" y mi admiración consecuente a su sabiduría y perspicacia para llegar siempre en el momento oportuno y dejarme unos billetes debajo de mi almohada se destruyó como un sólido castillo de arena que aplasta la realidad de una pisada de elefante. Comprendí con algo de dolor y desilusión a mi autoestima que mi verdad no era verdad. Quizás debe haber sido eso lo que me llevó en la vida simpatizar con el Relativismo, la corriente filosófica que sostiene que toda verdad es relativa porque depende de los condicionamientos culturales, sociales, temporales y hasta psicológicos de quien la formula y de quien la pone en práctica. Para mi, de pequeño, la existencia y las tareas del amigo Ratón Perez era una verdad tan sólida como que el sol calienta. La había comprobado, mis padres y mis hermanas asi me lo explicaban y fueron esos argumentos suficientes para construir un camino racional que concluyó en mi categórico convencimiento: "el Ratón Perez existe y se ocupa de conseguir y distribuir algún dinero cada vez que un diente se sale de su lugar". Con el tiempo, y quizás hasta con las ganas de levantar mi autoestima dañada, me di cuenta que el proceso racional, detrás de la verdad que había construído con mi Raton Perez, era correcto. Para mi eso fue una verdad que los condicionamientos culturales y sociales de la edad en la que la sostuve le dieron el marco de una verdad verdadera. Y esto es un buen ejemplo de como piensan los Relativistas. Como antes señalamos esta corriente sostiene que la verdad depende del sujeto que la elabora, de su edad, de la época en que vive, de la cultura que le rodea, de sus conocimientos y hasta si queremos, de su color de piel, de su país, de su ciudad, de su familia y de varios más condicionamientos. De todo ello depende la verdad verdadera y asi lo enuncian. Convencidos de su conclusión. Pero ojo, que no todo está tan claro. Para quienes asi piensan esta es su verdad, que la verdad es relativa. Y esta conclusión no parece ser "relativa". Para ellos es verdad y punto. Están convencidos y defienden la "verdad-relativa" que, convengamos, cuando la enuncian de este modo no lo hacen bajo el punto de vista que defienden, es decir, dejan claro precisamente que lo que sostienen no es "relativo". Es verdad verdadera. Pero ¿cómo? ¿No era que la verdad siempre es "relativa? Casi una contradicción para afirmar su fundamento. Pues que viva el Ratón Perez! Esto fue tan verdad verdadera como verdad relativa.
José Ortega y Gasset es recordado, entre otras cosas, por una frase profunda y desafiante de su obra Meditaciones del Quijote: "Yo soy yo y mis circunstancia, y si no las salvo a ella no me salvo yo". Es bastante sencillo explicar el concepto de "circunstancia" yendo a la etimología del concepto ( circuntatia ) que apunta a lo que nos "circunda", es decir a lo que nos rodea, a nuestro entorno, a nuestra cultura, a nuestra historia. La circunstancia de un joven nacido en la jungla africana no es la misma que la del joven nacido en la península escandinava. Yo soy yo y "lo que me ha hecho así o lo que me sigue haciendo así" parecería querer decir Ortega. Y con esta poderosa primera reflexión de su frase nos deja una serie de dudas por responder: ¿Ortega me está diciendo que no soy yo, sino lo que la circunstancia hizo y hace de mi? Si esto fuera así: ¿soy realmente libre o las circunstancias son los barrotes de mi celda que no me han permitido
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