"Educar. (Del lat. educāre). 1. tr. Dirigir, encaminar, doctrinar. 2. tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.. Educar la inteligencia, la voluntad." Estas son las dos primeras definiciones que nos da el Diccionario de la Real Academia Española sobre la palabra "educar". Mucho se ha escrito sobre el sginificado del término. A mi criterio la educación es esencialmente un proceso de mejora de vida. Educar supone creer especialmente en tres verdades: 1) en el perfeccionamiento de aquel a quien se educa; 2) en su capacidad y deseo de aprender; y 3) en que la transferencia de conocimientos de quien enseña no es tal si no va acompañada por la elaboración propia de una reflexión de quien los recibe. Educar no es colmar un depósito de tecnicismos, conceptos y sapiencias ajenas sino que la verdadera educación, -y me refiero especialmente a la educación del menor pero aplica muchas veces también en la que se imparte a los jóvenes y adultos-, pretende agregarle a ese depósito que cada uno posee una fábrica de pensamiento, que procese la materia prima recibida y produzca sus productos propios.
Es que el origen de la palabra deriva de "educere". Etimológicamente el término latino Educere significa sacar, llevar, extraer desde dentro hacia fuera, es decir, encauzar las potencialidades ya existentes en el sujeto, extraer algo que de una u otra forma ya está dentro de él. Y lo que está dentro del sujeto al que se quiere educar es un procesador de información, de conocimientos que recibe. Este es el origen de la fábrica que el educador debe perfeccionar con el aporte de conocimientos y de las mejores prácticas que procesen los mismos para alcanzar un objetivo muy claro que todo educador debe tener presente al mirar a los ojos de sus alumnos: se pretende que el viva mejor. Es por ello que decimos que Educar es un proceso de mejora de vida de aquel a quien se enseña. Porque educar no es sólo transmitir una idea o mucho menos obligar a memorizar una definición si ello no va de la mano del estimular el pensamiento, la reflexión, el uso de lo transferido. Educar es, y siempre debe ser, un pensar más en el otro, en su futuro y en su desarrollo que pensar en la técnica que se transmite. Lo relevante es mejorar el proceso que cada uno de los que se educan tienen dentro. Ese es el aporte para vivir mejor. Para eso sirve educar.
Es que el origen de la palabra deriva de "educere". Etimológicamente el término latino Educere significa sacar, llevar, extraer desde dentro hacia fuera, es decir, encauzar las potencialidades ya existentes en el sujeto, extraer algo que de una u otra forma ya está dentro de él. Y lo que está dentro del sujeto al que se quiere educar es un procesador de información, de conocimientos que recibe. Este es el origen de la fábrica que el educador debe perfeccionar con el aporte de conocimientos y de las mejores prácticas que procesen los mismos para alcanzar un objetivo muy claro que todo educador debe tener presente al mirar a los ojos de sus alumnos: se pretende que el viva mejor. Es por ello que decimos que Educar es un proceso de mejora de vida de aquel a quien se enseña. Porque educar no es sólo transmitir una idea o mucho menos obligar a memorizar una definición si ello no va de la mano del estimular el pensamiento, la reflexión, el uso de lo transferido. Educar es, y siempre debe ser, un pensar más en el otro, en su futuro y en su desarrollo que pensar en la técnica que se transmite. Lo relevante es mejorar el proceso que cada uno de los que se educan tienen dentro. Ese es el aporte para vivir mejor. Para eso sirve educar.
Los niños aprenden con el ejemplo de los padres, por eso es importante que te esfuerces para modelar acciones positivas y mejorar las relaciones dentro de la familia, así como con las interacciones con los demás. La empatía, asertividad y el respeto hacia los hijos son fundamentales para educar con disciplina positiva https://yaldahpublishing.com/15-mejores-lugares-para-vivir-en-carolina-del-norte/
ResponderEliminarSi, no hay mejor autoridad que la brindada con el ejemplo y eso también es educar, especialmente con la práctica. Los hijos, hijas y los estudiantes en general observan y apehenden lo que se les enseña formal e informalmente.
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