1) A lo largo de la vida, especialmente hasta pasada la adolesencia pero sin darnos cuenta hasta pasada la madurez, se nos dictan muchas lecciones, se nos enseñan muchas materias. Los Maestros de turno tienen la palabra desde nuestra mas tierna infancia. Escuchamos a nuestros padres, a nuestros hermanos mayores, a nuestros abuelos y abuelas, tios y tias, profesores y profesoras, a los sacerdotes respectivos, rabinos o cuanto guia espiritual corresponda. Escuchamos. Atendemos. Aceptamos. Nos convertimos en "creyentes" de lo que nos es transmitido. Muchas veces osamos preguntar "porque" y la respuesta es proporcional a la dificultad de la pregunta. Cuanta mayor insistencia y complejidad en el "porque" respectivo, es decir en el fundamento y razon de la contestacion, menor paciencia tendra quien responde finalizando muchas veces el interrogatorio con dos clasicos cierres de "campaña": porque "lo digo yo"...o porque "la fe lo explica".
2) La incertidumbre se hace presente. Seguimos camino. No queremos alterar al Maestro que sube el tono de voz para darle mayor conviccion a un argumento que no la tiene o por complicidad con quien responde, amansamos nuestra curiosidad aplicandole a nuestro cerebro pensante el calmante temporal de la inconformidad inconsciente. Ordenamos silencio a nuestra duda y nos engañamos pensando que ya habra tiempo de resolver la cuestion. En el interin pasan los dias, los meses y los años y por mansedumbre de ganado asimilamos lo que nos han expuesto por vagancia a discutir. Esto nos transforma en "creyentes de la rutina", en caminantes de un camino que no hemos entendido cuyo mapa no encontramos. Nos convertimos en vehiculos guiados por un Navegador al que le creemos y que nos indica "doble a la derecha", "siga 200 metros", "en la rotonda a la izquierda", instrucciones que cumplimos al pie de la letra sin chistar, sin saber adonde vamos y sin percatarnos que nos estamos perdiendo...
3) Pero no somos todos asi. Muchos piensan. Muchos reflexionan. Y no ceden hasta comprender por ellos mismo lo que explican los otros. Podria decirse que son "no creyentes". Buscan construir su verdad. Son los seres que profundizan, que discuten, que no se dan por vencidos hasta no encontrar la logica a la respuesta, su fundamento, su motivo. No creen lo que se les dice, lo razonan como propiedad privada de su intelecto. Buscan la razon de ser de las teorias, de las explicaciones y clases recibidas, de las respuestas en general, hasta convencerse per se de, justamente, su razonabilidad. Usan las herramientas del taller de su cabeza y se empecinan en comprender los fundamentos de todo cuanto escuchan. Son "razonadores". Son pacientes. Emplean la razon, quiza la estrella de las herramientas aludidas. Y se sienten bien... La mediocridad y la apatia no los han vencido. Su trofeo es la tranquilidad de su conciencia, no la de quienes le quieren endilgar terceros. Defienden a rajatabla su propiedad. Es razonable...
2) La incertidumbre se hace presente. Seguimos camino. No queremos alterar al Maestro que sube el tono de voz para darle mayor conviccion a un argumento que no la tiene o por complicidad con quien responde, amansamos nuestra curiosidad aplicandole a nuestro cerebro pensante el calmante temporal de la inconformidad inconsciente. Ordenamos silencio a nuestra duda y nos engañamos pensando que ya habra tiempo de resolver la cuestion. En el interin pasan los dias, los meses y los años y por mansedumbre de ganado asimilamos lo que nos han expuesto por vagancia a discutir. Esto nos transforma en "creyentes de la rutina", en caminantes de un camino que no hemos entendido cuyo mapa no encontramos. Nos convertimos en vehiculos guiados por un Navegador al que le creemos y que nos indica "doble a la derecha", "siga 200 metros", "en la rotonda a la izquierda", instrucciones que cumplimos al pie de la letra sin chistar, sin saber adonde vamos y sin percatarnos que nos estamos perdiendo...
3) Pero no somos todos asi. Muchos piensan. Muchos reflexionan. Y no ceden hasta comprender por ellos mismo lo que explican los otros. Podria decirse que son "no creyentes". Buscan construir su verdad. Son los seres que profundizan, que discuten, que no se dan por vencidos hasta no encontrar la logica a la respuesta, su fundamento, su motivo. No creen lo que se les dice, lo razonan como propiedad privada de su intelecto. Buscan la razon de ser de las teorias, de las explicaciones y clases recibidas, de las respuestas en general, hasta convencerse per se de, justamente, su razonabilidad. Usan las herramientas del taller de su cabeza y se empecinan en comprender los fundamentos de todo cuanto escuchan. Son "razonadores". Son pacientes. Emplean la razon, quiza la estrella de las herramientas aludidas. Y se sienten bien... La mediocridad y la apatia no los han vencido. Su trofeo es la tranquilidad de su conciencia, no la de quienes le quieren endilgar terceros. Defienden a rajatabla su propiedad. Es razonable...
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