No me refiero a distraerse. Tampoco a dormir sin soñar. Lisa y llanamente no pensar en nada. Detener el tiempo, permanecer en el instante y no recordar. ¿Qué sucedió? ¿Estaba consciente? ¿Dónde está el límite de la conciencia? ¿Es mi memoria la que fija el límite de mi cordura? Al final parecería que es ella quien guía nuestras facultades mentales. Aquello que pensamos lo registramos. Aquello que vivimos, también. Es lo que nosotros creemos. Así lo afirmamos. Pero ¿que pasaría si sufriéramos una alteración imperceptible y no registráramos hechos concretos de nuestras vidas, algo que hayamos hecho? Eso es factible. De hecho todos tenemos ejemplos de determinados episodios que no recordamos en absoluto y cuando alguien nos los recuerda y nos insiste caemos en la cuenta. Recordamos. Y hasta a veces nos decimos en silencio (hasta con algo de vergüenza): "Lo tenia absolutamente borrado"... Si, esto es así, esto nos pasa. Y las hay de las otras experiencias, cuando actuamos sin saber, producto de una anestesia, de una droga o del alcohol. Perdemos la conciencia. Pero existen supuestos peores, donde lo que sucede es que actuamos concientemente pero no registramos lo que hicimos. "No se si lo hice". Lo que hoy quiero reflexionar es que si aceptamos tener esta clase de "olvidos", de pequeñas cosas que luego recordamos, también podría ser que haya otras cosas que hayamos vivido y las hayamos ocultado en nuestra memoria, con intención o sin ella. Pasan los años, pasa el tiempo y hay ocasiones en dónde no podemos precisar cuando fue, en que lugar, con quién estábamos y si fue así o fue distinto. La "foto" no se visualiza con precisión. La conciencia del pasado y nuestra historia es una facultad crítica para sentirnos sujetos ubicados en el tiempo, en el espacio. Pero no debiéramos estar tan seguros de todo lo que hemos hechos. En otra dimensión, con otra presencia, quizás sólo con energía o con la mente, puede que hayamos hecho muchas cosas más de las que creemos. No recordarlas no significa no haberlas hecho. Hay cosas que no se graban...y sin embargo se hacen. El grabador no todo lo registra. Nuestra memoria tampoco.
José Ortega y Gasset es recordado, entre otras cosas, por una frase profunda y desafiante de su obra Meditaciones del Quijote: "Yo soy yo y mis circunstancia, y si no las salvo a ella no me salvo yo". Es bastante sencillo explicar el concepto de "circunstancia" yendo a la etimología del concepto ( circuntatia ) que apunta a lo que nos "circunda", es decir a lo que nos rodea, a nuestro entorno, a nuestra cultura, a nuestra historia. La circunstancia de un joven nacido en la jungla africana no es la misma que la del joven nacido en la península escandinava. Yo soy yo y "lo que me ha hecho así o lo que me sigue haciendo así" parecería querer decir Ortega. Y con esta poderosa primera reflexión de su frase nos deja una serie de dudas por responder: ¿Ortega me está diciendo que no soy yo, sino lo que la circunstancia hizo y hace de mi? Si esto fuera así: ¿soy realmente libre o las circunstancias son los barrotes de mi celda que no me han permitido
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