Soren Kierkegaard, escritor, filósofo y teólogo danés, nació en Copenhague en 1813. Creció bajo el rigor de una educación religiosa producto de una autoridad paternal extrema que le marco de por vida. Fue el séptimo de muchos hijos. Cuatro de sus hermanos murieron con corta edad y su familia interpreto que esto se debía a un castigo divino por haber contraído matrimonio "en pecado" (su padre se caso con una criada que trabajaba para el ya embarazada de su primer hijo). Fueron continuos los episodios místicos del padre del filósofo y las exigencias de conducta por "ley divina". En algún momento de su juventud Soren se libero de esa enorme carga que le significaba la influencia paterna, amplio horizontes y brillo por su intelecto y humor critico, pero al morir su padre regreso a la practica religiosa que no abandonara hasta su temprana muerte a los 42 años de edad. El terror al significado de la vida y el sentimiento de culpa fueron características salientes de un Kierkegaard tremendamente humano, defensor del individuo, agudo y analítico, que intento dar el salto necesario para completar una fe que no alcanzaba a completarle. Así fue como escribió muchas de sus obras bajo seudónimo para atacar los fantasmas que le perseguían y varios de sus títulos expresan de por si un espíritu atormentado que peleaba contra una mente genial: "Terror y Temblor", "Tratado de la Desesperación", "De la enfermedad mortal". Por ser nacional de Dinamarca y sus obras escritas en danés Soren Kierkegaard no tuvo en esos años la repercusión de otros autores de su epoca como Kant y Hegel (a este ultimo lo critico en diversos fragmentos de sus libros) pero su profundidad hizo que intelecto superiores como es el caso de Miguel de Unamuno, estudiara su idioma solo para entenderlo mejor. Merece leerse detenidamente su reflexión. La fe desespero su razón pero su legado póstumo desesperó la fe.
José Ortega y Gasset es recordado, entre otras cosas, por una frase profunda y desafiante de su obra Meditaciones del Quijote: "Yo soy yo y mis circunstancia, y si no las salvo a ella no me salvo yo". Es bastante sencillo explicar el concepto de "circunstancia" yendo a la etimología del concepto ( circuntatia ) que apunta a lo que nos "circunda", es decir a lo que nos rodea, a nuestro entorno, a nuestra cultura, a nuestra historia. La circunstancia de un joven nacido en la jungla africana no es la misma que la del joven nacido en la península escandinava. Yo soy yo y "lo que me ha hecho así o lo que me sigue haciendo así" parecería querer decir Ortega. Y con esta poderosa primera reflexión de su frase nos deja una serie de dudas por responder: ¿Ortega me está diciendo que no soy yo, sino lo que la circunstancia hizo y hace de mi? Si esto fuera así: ¿soy realmente libre o las circunstancias son los barrotes de mi celda que no me han permitido
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