Siempre me intrigó. Quizás fue porque era algo que me pertenecía y no podía palpar, ni ver, ni oler. Tampoco conocía su gusto ni la escuchaba pero si me hacia una idea de ella. En el colegio me habían explicado que era una parte de mi y que era inmortal (con lo cual yo me alegre de tener alguna característica similar a mi ídolo de pequeño: Superman, el hombre de acero). Pero claro, no era lo mismo y me costaba entender aquello de la inmortalidad. Comprendía lo que me decían pero no lo asumía. Recuerdo que muchas veces me decía a mi mismo: "No pienses mas. Si todos hablan de ella es porque así será". Me estoy refiriendo, como habrán deducido, a mi alma, al significado del alma en general de todos los seres humanos.
Cuando analicé el tema, ya más mayor, llegué a la conclusión (de acuerdo con diferentes concepciones religiosas y filosóficas) que el alma puede definirse como el componente espiritual de los seres vivos. Muy drástica, y sintéticamente, puede decirse que una persona tiene dos realidades: la física (su cuerpo) y la espiritual (su alma). Muy bien. Desde aqui partimos y en esto quiero detenerme a hacer una breve reflexión.
Interpreto y entiendo lo espiritual del hombre como aquello que pertenece a un ser humano y no es parte de su cuerpo pero es parte de su esencia. Algunos me preguntaran si eso no es el carácter y yo les respondería que quizás es causa de este pero no lo mismo. Lo espiritual supera al carácter. Son sus creencias, sus fuerzas internas, sus maneras de pensar. El espíritu (o alma) de una persona no tiene porque ser solo un aspecto religioso. Si bien es cierto que las religiones asimilan el termino a determinados credos, ni las religiones pueden negar que el espíritu o el alma de un ateo puede ser admirable pese a no tratarse de un creyente. Pero mis dudas aquí no tienen que ver con verdades que puedan defender diversos cultos. No. Mi duda en esta materia es si no sería mas fácil reducir la cuestión a que el hombre, más que cuerpo y alma, es físico e intelecto. Si aquello que se origina en su conciencia, en su conducta, en sus razonamientos, en su
historia de vida, en su carácter, en sus creencias le llamamos alma, o ánima o espíritu (o como querramos llamarle), no hace a la cuestión de fondo. El alma seria, dicho con sencillez, la simpleza del interior que se originó y está dentro de la mente.
Veámoslo con algo más detalle. La verdadera cuestión, a mi humilde modo de ver, es tener claro que el alma es producto de la mente del ser humano que se trate. Un ser sin sin mente, se trate de un animal o de un humano con una minusvalía de nacimiento que no le permite tener conciencia de sus actos, podremos decir que tiene espíritu, que tiene alma pero convengamos que no es el supuesto que aquí analizamos. Por ello digo que me refiero al alma como un construcción producto del intelecto. Y quizás esta visión tenga raíz en la influencia religiosa del concepto: si las almas pueden salvarse por su conducta, por que la muerte las pille sin pecado, quiere decir que ellas tienen atrás una decisión a conciencia sobre lo que significa pecar o no pecar. Es por ello que estas almas "suponen" una decisión a conciencia, es decir, una decisión con facultades intelectuales a pleno, de lo contratio y ante la inconsciencia no hay alma pecadora. Pues bien, esto implica que con el cuerpo y alma nacemos. El físico va creciendo y modificandose con el transcurso del tiempo. El alma también pero gobernada, dirigida y gestionada por mi mente, por mi inteligencia que se nutre y aprehende en distintos momentos de la vida y va dando forma, lugar y "cuerpo" a esa alma particular que me pertenece y sobre la cual ejerzo mi derecho de propiedad.
Y digo que va tomando "cuerpo" porque el alma tiene un lugar en mi ser. Es muy natural que lo sienta. Cuando decimos "me duele el alma" o lo haré "con
alma y vida" manifestamos algo que está en nosotros, que hemos conformado, que hace a nuestra personalidad, que está en nuestra pasión y en nuestra forma de ser y de actuar. Y su lugar es mi mente. Allí vive. Allí trabaja. Allí crece. Sin más complicaciones: con la simpleza del interior.
Y permítaseme una reflexión más. Justamente que sea mortal le da más vida a mi alma, porque no vale ni vive sola, solo vale con mi cuerpo, solo vale con mi mente. De otra forma ya no sería el alma mía, pues no tendría su gestor, no tendría su dueño. Esa es la diferencia con Superman: lo que está en mi interior es mortal. No es como la del Hombre de Acero. Esta muere conmigo. Así lo entiende mi intelecto. Así lo siente mi alma.
Cuando analicé el tema, ya más mayor, llegué a la conclusión (de acuerdo con diferentes concepciones religiosas y filosóficas) que el alma puede definirse como el componente espiritual de los seres vivos. Muy drástica, y sintéticamente, puede decirse que una persona tiene dos realidades: la física (su cuerpo) y la espiritual (su alma). Muy bien. Desde aqui partimos y en esto quiero detenerme a hacer una breve reflexión.
Interpreto y entiendo lo espiritual del hombre como aquello que pertenece a un ser humano y no es parte de su cuerpo pero es parte de su esencia. Algunos me preguntaran si eso no es el carácter y yo les respondería que quizás es causa de este pero no lo mismo. Lo espiritual supera al carácter. Son sus creencias, sus fuerzas internas, sus maneras de pensar. El espíritu (o alma) de una persona no tiene porque ser solo un aspecto religioso. Si bien es cierto que las religiones asimilan el termino a determinados credos, ni las religiones pueden negar que el espíritu o el alma de un ateo puede ser admirable pese a no tratarse de un creyente. Pero mis dudas aquí no tienen que ver con verdades que puedan defender diversos cultos. No. Mi duda en esta materia es si no sería mas fácil reducir la cuestión a que el hombre, más que cuerpo y alma, es físico e intelecto. Si aquello que se origina en su conciencia, en su conducta, en sus razonamientos, en su
historia de vida, en su carácter, en sus creencias le llamamos alma, o ánima o espíritu (o como querramos llamarle), no hace a la cuestión de fondo. El alma seria, dicho con sencillez, la simpleza del interior que se originó y está dentro de la mente.
Veámoslo con algo más detalle. La verdadera cuestión, a mi humilde modo de ver, es tener claro que el alma es producto de la mente del ser humano que se trate. Un ser sin sin mente, se trate de un animal o de un humano con una minusvalía de nacimiento que no le permite tener conciencia de sus actos, podremos decir que tiene espíritu, que tiene alma pero convengamos que no es el supuesto que aquí analizamos. Por ello digo que me refiero al alma como un construcción producto del intelecto. Y quizás esta visión tenga raíz en la influencia religiosa del concepto: si las almas pueden salvarse por su conducta, por que la muerte las pille sin pecado, quiere decir que ellas tienen atrás una decisión a conciencia sobre lo que significa pecar o no pecar. Es por ello que estas almas "suponen" una decisión a conciencia, es decir, una decisión con facultades intelectuales a pleno, de lo contratio y ante la inconsciencia no hay alma pecadora. Pues bien, esto implica que con el cuerpo y alma nacemos. El físico va creciendo y modificandose con el transcurso del tiempo. El alma también pero gobernada, dirigida y gestionada por mi mente, por mi inteligencia que se nutre y aprehende en distintos momentos de la vida y va dando forma, lugar y "cuerpo" a esa alma particular que me pertenece y sobre la cual ejerzo mi derecho de propiedad.
Y digo que va tomando "cuerpo" porque el alma tiene un lugar en mi ser. Es muy natural que lo sienta. Cuando decimos "me duele el alma" o lo haré "con
alma y vida" manifestamos algo que está en nosotros, que hemos conformado, que hace a nuestra personalidad, que está en nuestra pasión y en nuestra forma de ser y de actuar. Y su lugar es mi mente. Allí vive. Allí trabaja. Allí crece. Sin más complicaciones: con la simpleza del interior.
Y permítaseme una reflexión más. Justamente que sea mortal le da más vida a mi alma, porque no vale ni vive sola, solo vale con mi cuerpo, solo vale con mi mente. De otra forma ya no sería el alma mía, pues no tendría su gestor, no tendría su dueño. Esa es la diferencia con Superman: lo que está en mi interior es mortal. No es como la del Hombre de Acero. Esta muere conmigo. Así lo entiende mi intelecto. Así lo siente mi alma.
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