Baruch Spinoza vivió solo 45 años, de 1632 a 1677. Fue excomulgado por la religión Judía y perseguido hasta su tumba por pensar distino. En su lápida escribieron: "Ojalá su doctrina quede aqui sepultada y no se propague su pestilencia". Su libro "Etica" fue un canto a la vida, al razonamiento, a la comprensión y un himno a la inteligencia. Baruch se animó a pensar. Estas pocas líneas solo pretenden un homenaje a quien trinufó por sobre los mediocres que le persiguieron. Suponer que el deber hacer, el deber cumplir reglas religiosas que se imponen por el miedo a la condena eterna, sea el núcleo central del propósito ético en la vida es contemplar con ojos de esclavo la tarea de la libertad. Salud Baruch Spinoza! Tus ideas la tienen.
La frase “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo” , formulada por José Ortega y Gasset en Meditaciones del Quijote (1914), constituye uno de los núcleos más vitales del pensamiento filosófico en lengua española. Ya ha sido objeto de análisis en este Blog pero reflexiones posteriores me obligan a hacer esta actualización de mi cavilación. Su potencia es tal que amerita analizarse con el paso del tiempo y reside no solo en la afirmación del sujeto como ser situado —inseparable de su contexto vital—, sino en la exigencia ética contenida en esa segunda mitad: “si no la salvo a ella no me salvo yo”. La pregunta que queda pendiente a responder es: ¿Soy yo el mismo yo el que la ha "salvado" hace diez años atrás? ¿Aquella "salvación" es la misma que haría ahora? Estas inquietudes han dado origen a esta segunda profundización sobre la frase de Ortega. Lo explico a continuación. Tradicionalmente, se ha interpretado que...
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