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Eladia filósofa

Pocas veces una canción pone música y letra a los enmarañados problemas que la filosofía intenta dilucidar desde hace 2500 años. Lo logra con creces Eladia Blazquez con su canción Honrar la vida. Eladia fue una compositora y cantante argentina, esencialmente de tango. Se lució con la guitarra y el piano y también con su talento literario y filosófico. Prueba de esto último es la letra de la canción citada que trata la cuestión del ser y su sentido con una simpleza, profundidad y belleza digna de un Profesor de Ontología. Nació en la provincia de Buenos Aires en 1931 en un hogar humilde y murió en el año 2005 habiendo sido distinguida por su obra con premios de toda índole y especialmente por el respeto de sus colegas y la admiración y el cariño de la gente. La letra de Honrar la vida constituye un himno a la toma de conciencia de estar vivo y un homenaje a la atención que ella merece por el privilegio que supone celebrarla.Eladia en pocos párrafos nos exhorta a darnos cuenta, a conjugar el verbo vivir como protagonistas responsables del ser y del tiempo que nos toca en suerte. La diferenciación que ella hace entre el el existir y el honrar constituye la clave de su obra de arte. Eladia nos deja un legado, una adevertencia cuando expresa "No! Permanecer y transcurrir no es perdurar, no es existir; ¡ni honrar la vida!". Casi que nos ruega que lo entendamos y nos explica con suavidad: "Hay tantas maneras de no ser, tanta conciencia sin saber, adormecida" para luego despabilarnos con dulzura, cuando hablándonos al oido, casi susurrándo nos aclara: "Merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas...". El tono de la canción se agiganta y el mensaje de Eladia asemeja un grito desgarrador cuando nos dice: "¡Es una virtud, es dignidad! Y es la actitud de identidad ¡más definida!". La letra continúa escalando y Eladia asciende con humildad y sapiencia al pedestal de una cátedra al enseñarnos que "Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir honrar la vida" Su talento literario y filosófico sabe que las advertencias requieren repitencia y con el agregado de un matiz importante nos reitera: "¡No! Permanecer y transcurrir no siempre quiere sugerir honrar la vida". Ella fue un ejemplo de mujer luchadora que se ganó un lugar en una época en que ser mujer compositora y cantante exitosa de tango no eran conceptos que se amalgamaban fácilmente. Esa puede ser una de las causas por las que hacia el final de la canción agrega una reflexión en dos renglones colmados de sabiduría: "Hay tanta pequeña vanidad, en nuestra tonta humanida enceguecida". Quizás su mayor virtud es la armonía integral de la música y letra que al terminar se fusionan con una bellísima melodía de palabras que nos obliga a meditar sobre nuestra existencia: "Merecer la vida es erguirse vertical, más allá del mal, de las caídas... Es igual que darle a la verdad, y a nuestra propia libertad ¡la bienvenida!". Menuda enunciación y recepción a dos temas que hacen a la columna vertical de cualquier tratado filosófico: nada menos que la toma de conciencia de lo que supone ser libres y veraces. Es dificil, lo reitero, que un filósofo haya encontrado palabras tan justas y profundas escritas en pocos párrafos para explicar temas cruciales de la ética del vivir. Eladia lo logra: "Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir porque no es lo mismo que vivir: ¡Honrar la vida". Asi y con este testimonio Eladia dejó claro que ella no solo vivió sino que honró la vida con su accionar y su legado. Dejo el video con la extraordinaria versión de Sandra Mihanovich que no deja de ser un homenaje más de tantos intérpretes de todo el mundo que han cantado su versión de esta canción que emociona y hace pensar. Gracias Eladia por tu voz, por tus letras y melodías y especialmente por tu lección de filosofía. Recordate es honrarte.

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