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Implicancias de los resultados de la evaluación UNESCO/ERCE

Las primeras palabras que sintetizan lo que estos resultados suponen para todos los argentinos son dolor, tristeza y preocupación. El Estudio Regional Comparativo y Explicativo, ERCE 2019, del Laboratorio de la UNESCO, no solo nos muestra que Argentina disminuyó sus resultados de aprendizaje en todas las pruebas respecto a la medición anterior 2013 (y que ha obtenido resultados más bajos que el promedio de los países de Latinoamérica) sino que revela que cerca del 90% (el 87% es el porcentaje exacto) de las alumnas y alumnos de sexto grado de primaria estaba, antes de la pandemia, por debajo del Nivel Mínimo de Competencias. Este altísimo nivel por debajo del mínimo (MPL por sus siglas en inglés), surge de la prueba de Matemáticas y se repite en otro alto porcentaje en la prueba de Lectura. ¿Qué implica esto? Que estamos muy lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sustentable 4 de la Agenda 2030 que ha propuesto “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad” para ese año. Pues bien, la gravedad de estos datos del ERCE es angustiante para Argentina porque revela no solo que un altísimo porcentaje de nuestros niños y niñas de Primaria no alcanzaba ese nivel de saberes mínimos aludido (87% en matemáticas y 68% en lectura 6to grado) antes de la crisis del COVID-19 sino porque, aunque el ERCE no lo diga, todos los documentos académicos y de organismos multilaterales coinciden que este estado de situación 2019 se ha agravado debido al desbastador impacto que ha tenido el COVID en la educación mundial. Y esto es muy grave. ¿A qué se deben los bajos resultados 2019? Son muchas las causas. No hay una sola ni hay un solo responsable. Los resultados 2019 muestran un deterioro de los aprendizajes respecto a los resultados 2013. Esto requiere de un análisis serio, detenido y amplio. No es este el espacio para ese análisis pero si lo es para señalar que la educación no es solo responsabilidad de un gobierno pero los gobiernos tienen, todos, una responsabilidad altísima en estos dolorosos datos. Como sociedad debemos reclamar no solamente el regreso a clase sino que clase de regreso necesitamos para revertir estos magros aprendizajes que muestra el ERCE 2019. Su implicancia es demoledora para el futuro de nuestra Nación si le sumamos a estos datos de Primaria los datos de Secundaria respecto a la exclusión educativa (más de un millón de alumnos y alumnas en riesgo de quedar fuera del sistema tras el COVID), la enorme desigualdad agravada por la pandemia y el rezago en los aprendizajes que supuso la crisis en este nivel educativo. UNESCO, cuando se refiere a Argentina, llama a redoblar los esfuerzos. Y este llamado es para todos. Argentina ha incrementado la proporción de estudiantes en el nivel de más bajo desempeño (el nivel 1) en todas las pruebas de Tercer Grado y de Sexto Grado de esta evaluación 2019. Y además de ello, muestra un importante desafío en diferencias de género. ¿Qué podemos hacer como ciudadanos para revertir este flagelo? En primer lugar asumir el desafío. Nietzsche decía que “a veces la gente no quiere escuchar la verdad porque no quiere que sus ilusiones se vean destruidas”. Pues asumamos la verdad. El futuro del país está en riesgo. Esto implica que el futuro de todas y todos nuestros niños, niñas y jóvenes está en juego. No hay niveles socioeconómicos que queden fuera de este desafío, lo que si hay es una enorme dificultad y un mayor riesgo para un altísimo porcentajes de niños y niñas que se encuentran debajo de la línea de la pobreza. Hagamos de la educación una prioridad nacional y exijamos un plan nacional que urgentemente atienda esta dolorosa realidad.

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