Así transcurre la vida. Por segmentos. Por etapas. Van cambiando los números, van cambiando los años. Crecemos, envejecemos, maduramos (o no), alguna articulación nos duele mas que otra, dormimos menos, dormimos mas. Llega fin de año y una avalancha de pendientes nos abruma. La gente esta mas susceptible. Corremos, nos angustiamos por aquella cosa que no hicimos y que sabemos que no vamos hacer (¿Porque tanta angustia entonces?). Hay nostalgia en el aire. Recordamos a aquellos que no están. Es momento de balances, de pensar los días que pasaron, de pensar los días que vendrán. Solo son efectos colaterales del calendario. La realidad es que no hay modificaciones significativas pero un año nuevo presenta una oportunidad. El cambio de numero puede inspirar decisiones de vida diferentes. Pues si esto es así, van algunas preguntas para responder. Es bueno hacerse cuestionamientos. Y mucho mas cuando las circunstancias inspiran una reflexión. ¿Como va nuestra cabeza? ¿Estamos contentos con l
Reflexiona, discute, averigua, duda, escucha mucho, di lo que piensas pero piénsalo y saboréalo. Toma una café con la vida, en la mesa del fondo, sobre la ventana, con vista a la puesta de sol, donde se oye el mar y las olas mueven la mente. Invita la casa.